Esta campaña nos gustó por su diferenciación y por la apuesta de una concesión local a líneas creativas que van más allá.
Cada público decodifica mejor un mensaje asociado a su code. La diferencia entre un publicitario y un diseñador está ahí, en el conocimiento de los códigos. No es pintar un bonito cuadro. Son herramientas de venta.
Aplicaciones: